martes, diciembre 30, 2008

Un llanto biográfico

Asi como un desgarro, un derrame de sangre... luego de escuchar unas hermosas palabras, ella sin más se puso a llorar, ese llanto verdadero, ese llanto que te invade y que te saca el cuerpo en lágrimas.
Lloró por el pasado, lloró por hacer las pases con los recuerdos y los momentos. Selló con lágrimas las desiluciones y remojó con ellas la esperanza.
Fueron lágrimas de años, lágrimas contenidas en puños cerrados y el vació que llevaba en su garganta pareció calmarse luego del extenso llanto.
Repartía por todos lados las gotitas de sus ojos, cada gota un suspiro, un dolor aliviante, un sufrimiento merecido. Creo que fue primera vez que lloró por la vida, un llanto biográfico lleno de momentos y miedos.
Ella logró llorar, ella logró calmar un ratito su alma, se regaló un canto con una bella melodía a su corazón. Limpió su hogar con lágrimas, ellas ahora se llevan lo malo. Porque ahora estás limpia, purificada y en paz.
Descansa, ahora el espacio en ti es más bello, podrás adornarlo de hermosos paisajes y atardeceres tibios.

miércoles, diciembre 24, 2008

Happy New Year


Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.

Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo,
ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre.

¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas...

Entonces la tomo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.

Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

sábado, diciembre 13, 2008

pause

Te extraño tanto y yo ni sé quien eres, te extrañé tanto y aún no te conozco, me hiciste tanta falta y nunca estuviste.

Y soñé contigo los recuerdos del futuro, viviremos con este pasado de palabras calladas.

domingo, diciembre 07, 2008

Un modelo para armar

No se lo diría nunca, que su nombre me llegaba como los perfumes que atraen y repelen a la vez, como la tentación de acariciar el lomo de una ranita dorada sabiendo que el dedo va a tocar la esencia misma de la viscosidad. Cómo decirlo a nadie si tú mismo no podrías saber la mención de tu nombre, que el paso de tu imagen en cualquier recuerdo ajeno me desnuda y me vulnera, me tira en mí misma con ese impudor total que ningún espejo, ningún acto amoroso, ninguna reflexión despiadada pueden dar con tanta furia; que a mi manera te quiero y que ese cariño te condena porque te vuelve mi denunciador, el que por quererme y ser querido me despoja y me desnuda y me hace verme como soy. Abrazarse interminablemente con una violencia que los apartaba en el mismo instante, como si del deseo creciera la amarga la distancia. Y siempre por debajo, un silencio agazapado donde latía el tiempo enemigo.